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viernes, 23 de marzo de 2012

¿Qué ves?



En 1966 Michelangelo Antonioni dirigió “Blow-up”, una de sus películas más exitosas a nivel de crítica y público. Este film fue un gran punto de inflexión en la carrera de este realizador que, a diferencia de sus contemporáneos, no se adscribió totalmente a la tendencia del neorrealismo italiano que imperaba en aquel momento. Una vez más abordó aquí, mediante distintas fórmulas, el concepto de la incomunicación humana que tanto le interesó. Después de haber rodado cintas como “La aventura” o “El eclipse”, se sumergió en este filme ambientado en el Londres de la psicodelia, de la liberación sexual y de una nueva efervescencia cultural, y en el que podemos ver encarnando un polémico desnudo a una joven Jane Birkin, la misma que estaría llamada a ser más tarde el gran icono del chic francés.

(Spoiler). Pero en “Blow-up” también se encierra una enorme complejidad, ya que narra la historia de un fotógrafo de moda que paseando por un parque cree haber captado las instantáneas de un asesinato. Su protagonista (David Hemmings) descubre su hallazgo al revelar las fotos e incluso encuentra el cadáver que después desaparece misteriosamente. Así pues, hay muerte y cuerpo…¿o no? ¿Hay crimen? Quizás sí o quizás no, o quizás Antonioni quiere demostrarnos mediante este fotógrafo tan seductor, angustiado e intrigado, que ese personaje con su cámara es tan vouyeur como el propio espectador. O tal vez pretende hacernos comprender que siendo capaz de crear una película tan hipnótica el final ni siquiera necesita ser concluyente.



Pero el rol de Hemmings se encuentra a lo largo del metraje, especialmente al final, con un grupo de peculiares mimos que, a modo de coro -mudo- al estilo del antiguo teatro griego, nos invitan a reflexionar sobre lo cierto y lo incierto, la realidad y la subjetividad, mientras juegan un ficticio partido de tenis sin pelotas ni raquetas… todo ello para dejar al protagonista, al término, en una plano que capta su rostro tan o más confuso que al principio (fin de spoiler).
Además cabe señalar que el guión de este film, basado en el relato “Las babas del diablo” de Julio Cortázar, se realizó mano a mano entre el propio Antonioni y el recientemente fallecido Tonino Guerra. Guerra, guionista tocado por lo poético, trabajó ejemplarmente en muchas de las más insignes películas del cine europeo, entre ellas “Amarcord” o “El eclipse”.



http://www.youtube.com/watch?v=4TYyhRbQBgs&feature=related (escena final-partido de tenis).

lunes, 19 de marzo de 2012

Una cara con ángel (ll)

Romain Duris (París, 1974) fue descubierto por Cédric Klapisch para el cine. A pesar de no resultar un actor vocacional en sus inicios, realizó para el anterior películas como “L’auberge espagnole” (“Una casa de locos”, 2002); su secuela, “Las muñecas rusas” (2005) o “París” (2008), donde compartió protagonismo con Juliette Binoche. Sin embargo, su papel más reconocido, visceral y soberbio lo interpretó en “De latir, mi corazón se ha parado”, segundo film del laureado director Jacques Audiard.

lunes, 5 de marzo de 2012

Una cara con ángel (l)

“Una cara con ángel” no es sólo el título de aquella adorable película de Stanley Donen protagonizada por Audrey Hepburn. También podríamos catalogar así a infinidad de actores y actrices que sin resultar necesariamente guapos según los cánones al uso, hacen que reparemos en ellos por la singularidad de su atractivo. De este modo me gustaría iniciar una serie de vídeos cortos elaborados por mí misma para recordar a todas esas estrellas o personajes cinematográficos que por un motivo u otro nos robaron el corazón en algún momento. Para empezar, Jeremy Irons.