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miércoles, 16 de febrero de 2011

Tres tristes crónicas sentimentales



Volviendo la vista atrás en lo que llevamos de Historia del Cine, ¿hasta qué punto es posible retratar una relación de amor sin caer en la cursilería, en lo manido o en los mismos mecanismos de siempre hartamente repetidos? Veamos algunos ejemplos que han logrado despuntar.

En 1950 Michenlangelo Antonioni realizó su ópera prima, “Crónica de un amor”. Paola (Lucia Bose), es la joven esposa de un poderoso industrial que mandará realizar una investigación sobre ella cuando comience a sospechar de su pasado. Pasado éste que oculta un antiguo romance con Guido(Máximo Giarotti), lleno de sentimientos de culpabilidad y que ambos retomarán al reencontrase y ser conscientes de la persecución a la que están sometidos. Pero el amor de estos dos personajes – y he aquí la intención de Antonioni- se nos muestra frío como el hielo, como una pasión dormida y dominada por el tedio, por el exceso de ambición por trascender socialmente en el caso de Paola y por el escaso afán de riesgo de ambos. A destacar sobre todo el modo en que este director italiano rescata las panorámicas de 360º.

En el año 2000 se estrenó “In the mood for love”(“Deseando amar”, en España), una de las películas más venerables de la década pasada –mi preferida al menos-. Tiene muchos de los ingredientes que justifican su condición de film de culto: la impecable dirección de Wong Kar Wai, una estética exquisita, una narración intensa y la incuestionable y majestuosa banda sonora del compositor japonés Shigeru Umebayashi.

En este filme llama poderosamente la atención la gestualidad delicada de los personajes, la utilización de la cámara lenta que se alterna con alguna canción retro que suena de fondo, la exigencia ante el espectador que ha de asumir una historia a veces sólo sugerida y un omnipresente y sibilino erotismo.
“In the mood for love” cuenta el devenir de dos personajes, el Sr. Chow (Tony Leung, premiado en Cannes) y Li-zhen(Maggie Cheung). Ambos viven con sus respectivas parejas en un edificio de Hong Kong, y ambos empezarán una complicada relación cuando descubran que sus cónyuges les son infieles.



En 2009 el japonés Koreeda Hirokazu dirigió “Air Doll”. Esta película nos narra el peculiar mundo de una muñeca hinchable de tamaño natural, que además de cumplir las funciones obvias para las que ha sido creada, vive con su dueño, un hombre inmerso en la soledad. A veces la trata como a una amiga con la que habla, a la que le cuenta sus problemas laborales…hasta que ésta cobre vida un buen día. Saldrá entonces a la calle, en una insaciable búsqueda del sentido de la existencia. Sólo cuando entre por casualidad en un singular videoclub del que pasará a ser empleada, y sólo cuando trabe una especial amistad con su compañero de trabajo, se planteará la conveniencia de tener corazón o de volver a ser una muñeca inerte. Como siempre, mucho mejor en versión original.

domingo, 6 de febrero de 2011

El amor en la indigencia



En 1988 se inició uno de los rodajes más controvertidos de la Historia del Cine europeo, el de “Los amantes del Pont-Neuf”(1991). La película contaba desde un principio con un director muy polémico y bastante temido por los bancos, el malogrado artísticamente Leos Carax. El film tardó casi tres años en concluirse y cayeron hasta tres productores diferentes ante la constante necesidad de ampliar el presupuesto, que requirió de la recreación en forma de decorado del mencionado Pont-Neuf en la localidad de Lansargues.
Los desastres no residieron sólo en lo económico –con constantes críticas de la prensa ante el desconcertante gasto de dinero público- sino también en los componentes del equipo, cuyas relaciones personales se dañaron enormemente como resultado de mantener a un gran número de personas expectantes y sin posibilidad de trabajar en otros proyectos mientras tuvo lugar la elaboración de la cinta.



Por otra parte, lo que nos cuenta “Los amantes del Pont-Neuf” no queda del todo claro en cuanto a que a veces es difícil averiguar si estamos ante una tragedia que se torna en un peculiar cuento de hadas o al revés. Probablemente se puede decir que se juega con estas dos constantes durante casi todo el metraje.

(Spoiler) En esta historia Carax nos habla primeramente de Hans y Alex, dos vagabundos que deciden instalarse en el mencionado puente parisino mientras duran las obras que lo mantienen cerrado y que pretenden reformar sus pilares. Ambos parecen haber vivido siempre en la calle, o quizás estar hechos para sobrevivir en una turbia libertad, la de dos hombres que roban para comer, se emborrachan con vino barato y duermen a base de unos somníferos que el viejo Hans –viudo y ex vigilante del Louvre- atesora en una desgastada caja de lata. Alex(Denis Lavant) por su parte, es un fracasado artista circense que descubrirá un nuevo mundo cuando Michelle(Juliette Binoche), una mujer con una enfermedad que la está dejando ciega, entre en ese hermético puente.

El personaje de Binoche, que ha terminado por elección en la calle tras un fracaso amoroso, se nos muestra como un ser sensible que pinta como una forma elegante de sobrellevar su dolor, que pierde torpemente los dibujos que se desprenden de su carpeta porque ya apenas puede distinguir vagas formas y colores... La única magia capaz de romper esta esfera sórdida la encontraremos en el amor que surgirá entre ambos, un amor que Alex le ofrecerá a su compañera con los rudos aunque sinceros afectos de un hombre asalvajado. Sólo cuando este último descubra que el padre de Michelle busca a su hija con urgencia, veremos el lado más oscuro, egoísta o desgarrado de este curioso amante (fin de spoiler).



En cualquier caso, me parece innegable que Carax logró rodar una película única y que basa su bella y singular estética en el áspero mundo de la indigencia.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Humor en corto: Andrés Berlanga





No cabe duda de que el humor es un valor en alza en los tiempos que corren, incluso se considera un rasgo de inteligencia, pero quienes lo ejercen de una forma profesional, probablemente tienen más presente que a veces está infravalorado –no por parte del público, obviamente-. ¿Cuántos actores cómicos han resultado premiados con galardones verdaderamente importantes? (Lo de los "homenajes" no me vale...).
Decir abiertamente que te gusta Chaplin, Buster Keaton o Peter Sellers queda estupendamente, aunque seamos realistas: ya están muertos y haciendo caso omiso a Freddy Mercury, “The show must go on”. En el panorama internacional encontramos a un Ben Stiller brillante y de talento indiscutible, pero ¿y en España? España cuenta con grandes actores cómicos, algunos trabajan con más o menos asiduidad, otros aún quedan por descubrir a nivel nacional y a muchos los recordaremos como “secundarios insignes y de gran corazón” –frase ésta pronunciada siempre en su capilla ardiente…-. Y para que Spain no siga siendo different y no ponerme en plan tremendista, que no es la intención, quizás deberíamos olvidarnos de nuestro sempiterno complejo de inferioridad, empezar a valorar lo español y darle la difusión que le corresponde (difusión = papeles dignos = sueldo respetable).

Y en este camino nos encontramos a Andrés Berlanga, el alma de Juanpalomofilms –él ejerce como director, guionista, montador, actor…bueno, como actor de casi todos sus personajes en muchas ocasiones, y en general como emprendedor de todo lo necesario-. Si observamos sus cortos o videos promocionales –para el Festival Internacional de Música Dance de Granada o para el restaurante Soul Food de Córdoba, por ejemplo-, percibimos que a Berlanga la broma le sale del alma, esto es, no repara en segundas intenciones como burlarse de personas concretas, no despliega un carácter irónico o cínico y no parece lo suficientemente pretencioso como para buscar ese “humor inteligente” a la par que flemático tan característico de los ingleses -¿y qué era lo del humor inteligente? ¿Que te das cuenta de que lo has disfrutado al llegar a casa? ¿Que te ríes “por dentro”?-.



No me creo, desde aquí, en la necesidad de desearle suerte, porque de momento ya la tiene: ha recibido distinciones en el Festival de cine instantáneo Eutopía, ha trabajado en televisión y algunos de sus cortometrajes han sido seleccionados por diversos festivales de cine de España. Sólo espero que siga dibujando una sonrisa en nuestra cara cada vez estrene corto... o largo, especialmente ahora que su papel en la producción “Made in China” promete.