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sábado, 7 de junio de 2014

Un lugar en el mundo


‘A propósito de Llewyn Davis’ y ‘Oh boy’ cuentan ambas, con pulsos y estilos muy diferentes, la historia de un joven que busca su sitio en el mundo infructuosamente. La primera de ellas tiene un estilo bellamente depurado y en la segunda encontramos el retrato de un Berlín tintineante y moderno a ritmo de jazz.

Por su parte Llewyn Davis desea ser cantante de folk, aunque en su camino se tope a un nutrido grupo de otros tantos como él. Hay quien dice que este filme recuerda a cierta biografía de Bob Dylan, y a pesar de que su final no resulta apabullantemente feliz como el de algunos músicos –tal es el caso de ‘Searching for Sugar Man’, por ejemplo- estamos, no cabe duda, ante el relato existencial de quien persigue un sueño y no ceja en su empeño, contado todo con una impecable estética y sencillez extremas que aluden a la madurez de los hermanos Coen, los directores.

Al contrario que Llewyn Davis que hace parada en casas de amigos y que lleva una maltrecha existencia, el protagonista de ‘Oh boy’ vive sin pesar alguno a costa de su padre, a quien engaña haciéndole creer que está estudiando.
Niko, el personaje principal, da tumbos por la ciudad perdiéndose para encontrarse. Más cómica en general que la anterior, ‘Oh boy’ se va tiñendo de pesimismo a medida que avanza.



Interesantes teniendo en cuenta el panorama de nuestras carteleras, creo que los dos son films que no deberíamos perdernos…o que al menos a mí me han encantado.

jueves, 5 de junio de 2014

Arrebatados


Por prejuicios no había visto 'Arrebato' de Iván Zulueta hasta el otro día, pero ahora que lo he hecho me parece totalmente recomendable, bella e inefable! (Está subida a YouTube aunque es casi un sacrilegio no visionarla en pantalla grande con su destacada paleta de colores :) 

martes, 3 de junio de 2014

Desventuras de una mujer salvaje


“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar en soledad los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñarme, no fuera que cuando estuviera a punto de morir comprendiera que no había vivido” (David Thoreau).

‘Las amigas’ (1955) es una película de Michelangelo Antonioni que más allá de tratar de uno de los temas más recurrentes del director como la incomunicación, habla acerca de unas difíciles relaciones hombre-mujer y sobre la amistad.
Clelia, el rol principal, acaba de llegar a Turín desde Roma para trabajar en una de las boutiques de su empresa cuando conoce en su hotel a Rosetta, una joven que ha intentado suicidarse y de la que se encariña. Así, entre el mapa de amistades que se entretejerá posteriormente, observamos cómo siempre que la mujer desea estar con un hombre ha de renunciar a sí misma. Tal vez por ello una de las protagonistas apunta que “una mujer que vale más que su hombre es una desgraciada”. Estamos ante gente que se busca a si misma y a su instinto perdido y que a veces usa a los otros como frío sustituto.
De todos los personajes, Clelia encarna a la que parece encontrar mayor acomodo en la vida y la que actúa sin dobleces, pues dice que se basta para sí y que ‘trabajar es mi forma de ser mujer, de estar en el mundo, de vivir…”.




De regusto amargo, ‘Las amigas’, adaptación de un relato de Cesare Pavese, queda confinada como una película menor de Antonioni que reviste en realidad mayor profundidad de la que pudiera parecer a simple vista.