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lunes, 20 de septiembre de 2010

Recomendaciones exprés





Desde Grecia no sólo íbamos a recibir este año noticias peliagudas sobre su delicada situación económica. “Canino” de Yorgos Lanthimos llegó y sorprendió a todos los públicos para bien y para mal. Puede que no sea un film visualmente deslumbrante, desde luego no cuenta con actores estelares, pero tiene un guión absolutamente inquietante que desde mi punto de vista parece deudor del surrealismo de Buñuel y de las situaciones alienantes y desconcertantes de Haneke.
“Canino” cuenta la historia de una familia –padre, madre, dos hijas y un hijo- que se caracteriza por la incomprensible educación que los progenitores dan a sus retoños: intentan hacerles creer que no pueden salir del recinto de la gran casa en que viven, los mantienen ignorantes totalmente del mundo exterior, los someten a una extraña y estricta educación y logran de ellos unas actitudes infantiles, primitivas e ingenuas – descubren el sexo con inocencia y a veces como un ejercicio gimnástico-.
Indudablemente se trata de una película extraña, pero yo personalmente pocas veces he encontrado belleza en lo corriente.
Me parece una pena que este tipo de filmes no se conviertan en éxitos que se traduzcan en lo económico, porque si seguimos así continuaremos encontrándonos en la cartelera pelis para borregos, que dicho sea de paso, son mucho más fáciles de “confeccionar”.

Este año François Ozon –director de “Ocho mujeres” o “Swimming pool”- ha estrenado “Le refuge” (“Mi refugio” en España) y tiene pendiente “Potiche”, con Catherine Deneuve. La primera, “Mi refugio” cuenta una trama aparentemente sencilla, pero que progresivamente se revela como un film con un argumento mucho más complejo de lo que pudiera parecer al principio. Mousse y Louis son pareja, ambos drogadictos. De una forma inesperada él fallecerá, justo cuando Mousse se dé cuenta de que está embarazada. La conservadora y burguesa familia de Louis dejará claro que no quiere ningún heredero de su hijo muerto. Justo entonces, Mousse, perdida y en un estado de colapso emocional se retirará al sur de Francia para proseguir con su embarazo. Será entonces cuando reciba una visita y apoyo inesperado, su único cuñado, homosexual deseoso de ser padre. Desde luego que “Le refuge” no es un alegato en contra del aborto, pero ante todo ha de verse sin ningún tipo de prejuicios, con empatía y sin ánimo de juzgar ninguna actitud por inesperada que sea. Una vez más, Ozon reflexiona con originalidad sobre la sexualidad. Quizás se trate una “americanada”, es probable, pero conocer la historia de los dos estudiantes de la Universidad de Harvard que se hicieron bastante más que multimillonarios creando Facebook desde el anonimato, y sin saber ni de refilón el éxito que se les avecinaba, es algo que no me quiero perder. “The social network” se estrenará al menos en EE.UU., el 1 de Octubre. Veremos lo que da de sí.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Rocco Parondi sopla cincuenta velas





Un 6 de septiembre de 1960 se estrenaba en Italia “Rocco y sus hermanos”, pieza clave de la cinematografía universal y último eslabón neorrealista en la filmografía de L. Visconti. Esta película representa prácticamente una tragedia griega, en donde la fatalidad progresa in crescendo hasta alcanzar el punto álgido en una trama final irreversible, que imposibilita el retorno a la deseable tranquilidad aburrida de antaño.

Según Suzanne Liandrat autora de “Luchino Visconti”, editado en Cátedra, este director se posiciona según la crítica europea en dos extremos, uno de ellos el de decadente-neorrealista, fiel descripción de este film.
La historia de “Rocco e i suoi fratelli” se inicia cuando la madre de los cinco hermanos, Rosario Parondi, decide marcharse junto a sus hijos desde una miserable Lucania, al sur de Italia, hasta Milán, donde los espera el hermano mayor, Vincenzo, quien se instaló allí hace tiempo y va a casarse con su novia –Claudia Cardinale- para disgusto de la matriarca. Rosario representa a la progenitora controladora, orgullosa de sus dos vástagos que han conseguido triunfar en el boxeo – Rocco y Simone- hasta el punto en que llega a decir:“¡¿Me llaman doña Rosario, a mí, incluso señora Parondi, aquí, en Milán!”. Sin embargo mantendrá casi siempre, excepto en los momentos más dramáticos, una venda en los ojos que le impedirá apreciar las miserias que también surgen en la vida de éstos.




(Spoiler) Anne Girardot representa a Nadia, el punto de fricción entre los mencionados Rocco y Simone. Interpreta a una prostituta, una especie de “Carmen” o heroína rebelde dentro de sus posibilidades. Primero mantendrá una relación con Simone, quien más que amarla parece sentir por ella una mezcla de fascinación y desprecio, y posteriormente con Rocco –personaje caracterizado por una extraña y extrema generosidad y bondad- con cuyo respeto logrará encontrar un trabajo corriente y una breve felicidad.

Simone alude a las pasiones ruines, efervescentes y dolorosas (porque los personajes de Visconti siempre apuestan a un absoluto, sin medias tintas): odiará primero a Rocco por mantener una relación con su exnovia y posteriormente por relevarlo y superarlo en su éxito como boxeador.
Otro hermano, Ciro, constituye el punto de objetividad y cordura: está exento de impulsividad y de sentimientos de culpabilidad y se erigirá en el punto de lucidez cuando Simone cometa una fatal atrocidad con Nadia para calmar su odio.
Sólo el pequeño Luca, aún sin contaminar, supondrá el elemento de futuro y esperanza, el único puñado de lentejas sin gorgojos, ésos que tan ociosa y despreocupadamente limpiaban todos cuando su llegada a Milán era reciente y aún no tenían empleo (fin de spoiler).

El guión de “Rocco y sus hermanos” está escrito por varios autores, entre los que destacan el propio director y la recientemente fallecida Suso Cecchi d’Amico. Quizás por este motivo se hace más que nunca necesario recordar este insigne aniversario, justo en el año en el que otras películas se han hecho “cincuentonas”, como la revolucionaria “Al final de la escapada” de Jean-Luc Godard, o la adorable “El apartamento” de Billy Wilder.