
“La chica del puente”(1999) es una película de Patrice Leconte que de alguna manera continúa la línea de cine poético dentro de su filmografía, como ya hiciese con “El perfume de Yvonne” o “El marido de la peluquera”. Este film aborda sin duda alguna el azar o las casualidades, inserto todo ello en un marco onírico que se sirve de un tipo de fotografía en un depurado blanco y negro, y del uso de tomas atropelladas de una misma situación desde diferentes perspectivas, quizás para ensalzar el tono delirante de la cinta. Todo comienza cuando Adèle (Vanessa Paradis), una joven inestable y soñadora, decide suicidarse tirándose desde un puente. Ella se cree desafortunada porque nunca nada le ha salido bien, porque espera que suceda un cambio en su destino como por obra y gracia, metafóricamente hablando, de un simple conjuro mágico. Justo entonces aparecerá Gabor (Daniel Auteuil), un lanzador de cuchillos que busca a sus dianas en puentes y tejados, que va a la caza de mujeres que nada tienen que perder y que siempre le han acompañado en sus tretas y argucias de buscavidas alocado. Gabor, un hombre seguro, maduro, irónico, pero también solitario, intentará convencer a Adèle con curiosos trucos, de su desconocida e inexplorada fortuna. De nuevo Auteuil, uno de los más laureados y prolíficos actores franceses de la actualidad, representa al hombre interesante, el del atractivo casual, el resultón de yo-sólo-pasaba-por-aquí.

La tensión sexual entre los dos protagonistas se masca durante todo el metraje, especialmente con la recreación de orgasmos alegóricos cuando Gabor lleva a cabo sus lanzamientos de cuchillos. Pero el personaje de Daniel Auteuil sabe del carácter enamoradizo de Adèle, que constantemente cree haber hallado en cada hombre que le presta atención al “amor de su vida”. A pesar de todo, su vida nómada de artistas errantes dará para encuentros y desencuentros varios en esta atípica película que mezcla con bastante agilidad un ejemplo de drama singular y de cierto toque cómico. A tener muy en cuenta su memorable banda sonora, coronada principalmente por la canción de Marianne Faithfull “Who will take my dreams away”.