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viernes, 1 de junio de 2012
"Mabel no está loca. Es rara".
John Cassavetes, uno de los directores rupturistas e independientes por antonomasia en Norteamérica, dirigió en 1974 “Una mujer bajo la influencia”. La película sufrió numerosos inconvenientes para lograr su distribución y comprensión, inconvenientes estos que hallaron su solución cuando fue presentada con merecido éxito en el Festival de Cine de Nueva York. Míticas resultan ya las actuaciones que sostenían principalmente la historia, esto es, las de Peter Falk (“Colombo” para los amigos) y Gena Rowlands. Parece bastante llamativo el caso de Falk, que acabó más que harto de Cassavetes tras su interpretación en otro de sus anteriores films, “Husbands”, y que después de comprender finalmente el modus operandi del realizador se postuló para el rol de “A woman under the influence”. Por ello John Cassavetes ha pasado a la Historia como el director de la improvisación, aunque en realidad ésta se centraba sólo en dar gran libertad a los actores puesto que sí existía un guión al contrario de lo que algunos señalaban.
La cinta nos narra las desventuras de un obrero, Nick, y su esposa Mabel, que padece ciertos desequilibrios mentales. Aunque Nick procura a su manera todo lo mejor para su mujer, también ha de lidiar con su castradora madre, que convive con ellos, y con sus tres hijos. Y a pesar de la bienintencionada actitud del protagonista para ayudar a su pareja, sus acciones resultan generalmente torpes, emparentándose a veces por lo disparatado con las del personaje de Rowlands (Mabel). Incluso diría que algo tan sencillo como el estrabismo de Peter Falk (Nick) pudo contribuir a construir su papel.
La trama hubiese constituido algo simple y melodramático en manos de otro autor, pero con Cassavetes cobró una destacada singularidad por el pulso nervioso de los movimientos de cámara y planos cuya intensidad va in crescendo a medida que avanza el metraje. Especialmente veloces, vibrantes, atropellados e incluso desenfocados se muestran estos en el punto álgido del filme, cuando Mabel regresa a casa tras seis meses de internamiento en un psiquiátrico.
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Aunque “Una mujer bajo la influencia” tuvo unos comienzos difíciles hoy muchos no dudan de que su carácter magistral le otorga el reconocimiento de película de culto, el de una película brillante a nivel formal y de contenido.
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