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jueves, 16 de junio de 2011

Esos veranos eternos



En 1986, Rob Reiner, realizador que por lo general no es santo de mi devoción, dirigió “Cuenta conmigo”(“Stand by me”). Este filme podría ejemplificar perfectamente un hecho que a menudo sucede con libros como “El principito”: vistos en la infancia se entienden de un modo inocente y sin trascendencia y en la edad adulta cobran un significado mucho más amplio. No sé si movidos por la nostalgia o por el sentimiento de pertenencia a unos años concretos, esta película se ha convertido para muchos en un film bastante digno e interesante para revisar de vez en cuando. Basada en una novela de Stephen King, “Stand by me” cuenta la historia de cuatro adolescentes de doce años que viven en un minúsculo pueblo de Oregón, Castlerock. Todo parece aburrido en el verano de 1959 hasta que este pequeño grupo decide ausentarse un par de días de sus casas para buscar el cadáver de un chico que lleva desaparecido una semana. Pero quizás este argumento pretende ensalzar más que otra cosa la amistad sincera de la infancia, probablemente la más auténtica. El líder indiscutible es Chris Chambers (River Phoenix), un joven maduro, inteligente y con un gran sentido de la justicia, pero condenado directamente al ostracismo por tener un padre alcohólico; el gordito Vern rebosa ingenuidad; Teddy Duchamp es el hijo de un francés demasiado afectado tras haber batallado en la playa de Normandía, motivo éste que le ha llevado a vivir en un manicomio; y Gordie Lachance (uña y carne con Chambers y narrador de estas correrías desde su madurez) representa al bicho raro, creativo autor de cuentos que deleitan a sus compañeros y sufrido hijo de unos padres demasiado ausentes desde la muerte de su hermano mayor. Ninguno se salva, todos viven en familias demasiado quemadas, todos aspiran a huir algún día de su pueblo.



(Spoiler)
Pero hasta el inevitable y trágico hallazgo final, la pandilla entera se retrata en sus conversaciones: Teddy y Vern discuten sobre quién ganaría en una pelea entre Superman y Súper Ratón…y a todas luces ganaría Superman porque “Superman es un tío cachas y Súper Ratón un dibujo animado!!!”; mientras tanto, Gordie y Chris, desde una óptica más realista y doliente, lloran hombro a hombro su incierto futuro y se juran una lealtad casi eterna. Duermen a la intemperie y fuman los cigarros que roban a sus padres…Lógicamente la escapada llega a su fin, y las vidas de cada uno de ellos parecen desligarse con el paso del tiempo. Sólo Gordie Lachance volverá a hacer renacer la historia en forma de novela cuando con el largo pasar de los años lea en un periódico la noticia de la absurda muerte de su gran amigo.
Más adelante Rob Reiner regresaría a la palestra con la edulcorada “Cuando Harry encontró a Sally”, y el malogrado River Phoenix –Chris Chambers- emprendería una meteórica y breve carrera que llegó a su punto álgido con “Mi Idaho privado”. Después, un largo silencio que aún dura, ya que Hollywood se encargaría de borrar la memoria de uno de sus prodigios, quizás por una muerte poco glamurosa. Por falsedad que no sea…

2 comentarios:

Javier dijo...

Que nostalgia de las pandilla veraniegas y las aventuras vividas. No recuerdo con precisión esta película pero si me parece que retrataba bastante bien ese mundo en el que todo es posible incluso la tristeza o el dolor y la aventura. Ahora que viene el verano ya no formammos pandillas. Lástima.

Un saludo Aránzazu

Arantxa dijo...

A mí me parece una peli divertida, que sin embargo tiene un trasfondo que a veces se pasa por alto. Ya ves tú, yo la vi en el cine cuando la estrenaron, cuando el día del espectador costaba 150 ptas. Era muy pequeña eh? Jajjajja! Pero a pesar de la nostalgia creo que cada época tiene sus cosas buenas.
Por cierto, me han entrado ganas de leer "La sirena varada", y reconozco que no soy una lectora de teatro -algunas obras he leído, pero pocas, la verdad-. Me gustaría saber qué hará este tal Ricardo para conocer a María y cómo acabará la cosa. Tiene buena pinta. Un saludo!