.

.

domingo, 26 de junio de 2011

Godard y los problemas de comunicación



Los desplantes de Godard a la prensa y su público no son una novedad. Basta recordar el Festival de Cannes 2009, cuando se le esperaba como agua de Mayo para la presentación de su “Film Socialisme” y finalmente decidió no acudir el día de antes. Pero analizándolo bien, quizás habría que pensar que se lo puede permitir: es un genio en vida que ya se sabe inmortal. Inevitablemente, quien ha dado obras como “Vivir su vida”, “Pierrot el loco” o “Masculino, Femenino” sobreentiende perfectamente que gracias a sus habilidades y por erigirse como el último estandarte de la Nouvelle Vague tiene perdonado de antemano el jugar al enfant terrible a sus 81 años. Probablemente también, por haber revolucionado el lenguaje cinematográfico junto a otros cineastas europeos cuando en EE.UU. todavía andaban con el manierismo de A. Hitchcock y Douglas Sirk, ya tiene un lugar asegurado en la Historia. Se le recordará siempre por su mítica “Al final de la escapada”, esa peli con la que ellos se enamoraron de Jean Seberg, la mujer con “la nuca más bonita del mundo” tal y como decía su partenaire Jean-Paul Belmondo (el mismo que utilizó el gesto de acariciar sensualmente con el dedo pulgar sus labios y del que el sobrevalorado hombre del anuncio de Martini sólo fue una mera caricatura).



Y si con la mencionada “Al final de la escapada”(1960) los protagonistas son el montaje entrecortado, el humor, París y sus inolvidables personajes; con “El desprecio”(1963) su cine parece haber encontrado un punto de equilibrio entre esos aires nuevos y el anterior clasicismo tan prolífico en U.S.A. En “Le Mépris” se emplean largos planos secuencia que recogen los sinsabores de un matrimonio formado por un dramaturgo metido a guionista, Paul (Michel Piccoli) y su esposa Camille (Brigitte Bardot). Esta última se sentirá aturdida y humillada cuando crea que su marido ha intentado ofrecérsela en bandeja al productor del film que ruedan, el norteamericano Prokosch. En un descanso del rodaje Paul anima a su mujer a que acompañe al productor en su coche a la mansión de éste, donde posteriormente se reunirán todos… sin esperar desde luego, ni siquiera el director (el mismísimo Fritz Lang interpretándose a sí mismo), que su compañero de equipo iba a pretender seducir a Camille. Y ahí está servido el malentendido: una Bardot decepcionada que empieza a creer a su marido tan falso como los decorados en cartón piedra de los estudios Cinecittá de Roma donde han iniciado una nueva versión de “La Odisea”. Y aunque Paul y Camille discuten hasta el infinito, no llegan casi a ninguna conclusión, sólo que a lo mejor, este dramaturgo como un moderno Ulises, no desea reencontrarse con su Penélope porque tal vez tiene otras ambiciones…o no. O quizás resulta que los problemas de comunicación, el orgullo herido y el posterior desprecio ciegan a cualquiera. O quién sabe…En cualquier caso cabe destacar la esplendorosa y siempre presente banda sonora a cargo de Georges Delerue.
Sobra decir que los films realizados por Godard en los últimos años sólo conforman coñazos insoportables con ínfulas pseudointelectuales. A pesar de todo me gusta seguirlo, no sea que entre coñazo y coñazo se le escape alguna nueva obra maestra.

3 comentarios:

Javier dijo...

Creo que Godard al final pasará a la historia del cine por un par de películas y por la cantidad de artículos y libros que ha generado. A mí particularmente me parece el menos interesante de aquella generación. Aunque Al final de la escapada siga siendo una excelente película. Yo la verdad sigo quedándome con Trufeaut o Rohmer. Creo que fue Trueba quien dijo aquello de que mientras Trufeaut hacía películas pensando en el público, Godard las hacía pensando en la crítica. Por una vez estoy de acuerdo con Trueba.
Un saludo y buen domingo

Arantxa dijo...

Pienso que a pesar de todo, Godard es como una pieza clave en el engranaje del cine moderno, aunque es verdad que tiene algunas películas muy cargantes y da la impresión de ser muy engreído. Truffaut sin embargo parecía que iba más a lo suyo, siguiendo su instinto...Imagino que el tiempo los pondrá en su lugar. Un saludo!

J dijo...

Esta vez no entro para comentar nada, simplemente como ahora tengo un hueco, para despedirme, el viernes por fin vacaciones, espero que pases un verano estupendo, que veas mucho cine o bueno mejor que disfrutes mucho con todo lo que hagas. Nos vemos en septiembre.

Un beso.