Si se trata de escoger a la actriz europea por excelencia, la grande entre las grandes de la actualidad, creo que muchos nos decantaríamos por Isabelle Huppert (París, 1953). Tal vez lo mejor que se puede decir de ella es que es casi un género en sí misma y que resultaría más sencillo citar a los grandes directores con los que no ha trabajado que al revés. Su intuición se muestra arrolladora para elegir papeles, ya que según explica "por mucho que nos esforcemos en hacerlo creíble, un personaje nunca existe, mientras que las personas somos reales. A mi entender, lo más interesante que puede hacer el cine es poner a circular la realidad. Solo lo que tiene un fundamento real alcanza al espectador. No hace falta que yo haya vivido la experiencia de mi personaje, pero es necesario que tenga cabida en mi imaginario. Sigo creyendo que actuar consiste en hacer aparecer en la pantalla una parte invisible de una misma”.
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