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martes, 25 de febrero de 2014

Cine(s) fantasma



En el club de cine al que voy estuvimos hablando el otro día acerca del cierre de las salas de la zona centro de la ciudad y en consecuencia, de la escasamente satisfactoria oferta de los cines comerciales. Lo cierto es que existe un abanico mucho más amplio de filmes interesantes –hasta más allá, a veces, de lo que se programa en nuestras queridas filmotecas- y que, concluyendo, resulta poco accesible para el espectador medio. De este modo estamos ignorando una gran cantidad de obras muy enriquecedoras y que se confeccionan con mucho esfuerzo mientras consumimos otras lineales y uniformadas, las que suelen integrar   casi todos los circuitos en España.
Mil veces se ha dicho que la fórmula en que se dispensan los títulos en este país ha de cambiar, y mientras señores rancios pierden el tiempo cavilando sobre subvenciones y lanzando acusaciones varias, la fuga de espectadores crece tristemente…¿o habrá remedio?




lunes, 17 de febrero de 2014

'Nebraska': salud, dinero y amor


Vaya por delante que ‘ Nebraska’ (Alexander Payne, 2013) me ha parecido una de las películas más bellas que he visto últimamente, además de una de las más conmovedoras y dignas. Y es que cuando por la enfermedad en ciernes en forma de demencia se invierten los papeles en el amoroso y responsable vínculo paternofilial, surgen historias como ésta.

Woody Grant, el protagonista, acaba de recibir una carta-patraña que asegura a su destinatario ser el ganador de un premio millonario. Todo su entorno le advierte del timo, pero él se empeña en viajar de Montana a Nebraska para cobrarlo, viaje que finalmente emprenderá con su paciente hijo David.

Y he aquí la simiente de un relato que nos habla del amor entre padres e hijos en la edad adulta y que a su vez sirve para construir una fábula sobre los sucios intereses creados cuando hay dinero de por medio, aunque sin saberlo los demás éste resulte más falso que los billetes del Monopoly.

‘Nebraska’ conforma también una delicia por su fotografía íntima y lírica en blanco y negro en lo que respecta al modo de captar los paisajes. Brillan igualmente las hermosas composiciones de los planos.

Estamos ante un filme bastante artístico, templado en su tempo y capaz de retratar los matices más delicados de la vida con sus alegrías y sus penas. En definitiva, una maravilla que no hay que dejar de ver.