En el club de cine al que voy estuvimos hablando el otro día acerca del cierre de las salas de la zona centro de la ciudad y en consecuencia, de la escasamente satisfactoria oferta de los cines comerciales. Lo cierto es que existe un abanico mucho más amplio de filmes interesantes –hasta más allá, a veces, de lo que se programa en nuestras queridas filmotecas- y que, concluyendo, resulta poco accesible para el espectador medio. De este modo estamos ignorando una gran cantidad de obras muy enriquecedoras y que se confeccionan con mucho esfuerzo mientras consumimos otras lineales y uniformadas, las que suelen integrar casi todos los circuitos en España.
Mil veces se ha dicho que la fórmula en que se dispensan los títulos en este país ha de cambiar, y mientras señores rancios pierden el tiempo cavilando sobre subvenciones y lanzando acusaciones varias, la fuga de espectadores crece tristemente…¿o habrá remedio?