‘A propósito de Llewyn Davis’ y ‘Oh boy’ cuentan ambas, con pulsos y estilos muy diferentes, la historia de un joven que busca su sitio en el mundo infructuosamente. La primera de ellas tiene un estilo bellamente depurado y en la segunda encontramos el retrato de un Berlín tintineante y moderno a ritmo de jazz.
Por su parte Llewyn Davis desea ser cantante de folk, aunque en su camino se tope a un nutrido grupo de otros tantos como él. Hay quien dice que este filme recuerda a cierta biografía de Bob Dylan, y a pesar de que su final no resulta apabullantemente feliz como el de algunos músicos –tal es el caso de ‘Searching for Sugar Man’, por ejemplo- estamos, no cabe duda, ante el relato existencial de quien persigue un sueño y no ceja en su empeño, contado todo con una impecable estética y sencillez extremas que aluden a la madurez de los hermanos Coen, los directores.
Al contrario que Llewyn Davis que hace parada en casas de amigos y que lleva una maltrecha existencia, el protagonista de ‘Oh boy’ vive sin pesar alguno a costa de su padre, a quien engaña haciéndole creer que está estudiando.
Niko, el personaje principal, da tumbos por la ciudad perdiéndose para encontrarse. Más cómica en general que la anterior, ‘Oh boy’ se va tiñendo de pesimismo a medida que avanza.
Interesantes teniendo en cuenta el panorama de nuestras carteleras, creo que los dos son films que no deberíamos perdernos…o que al menos a mí me han encantado.
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